Los bonos vinculados a la sostenibilidad (o SLB) se diferencian de otros tipos de inversión en que están condicionados a que el emisor consiga ciertos objetivos.
Se trata de productos cada vez más demandados en el mercado. En ellos existe un compromiso implícito, y explícito en la documentación, en la que los responsables se comprometen a mejorar sus políticas de sostenibilidad. Todo ello en un plazo definido.
Los bonos vinculados a la sostenibilidad han alcanzado los 78 700 millones de dólares, en el año 2021.Son productos relacionados con las finanzas empresariales, pero buscando un fin concreto.
Para arrojar luz al respecto, existen guías con recomendaciones sobre los principios de estos bonos y cómo pueden ser estructurados, divulgados y plasmados en informes. Estos documentos están diseñados para dotar de transparencia a todo el proceso. De esta manera, se espera atraer a un mayor número de inversores a estos productos. No obstante, los SLB son muy versátiles y se pueden aplicar a todo tipo de herramienta financiera y a cualquier emisor.
Por otra parte, los objetivos de los bonos se pueden controlar mediante dos instrumentos:
Sonae es una empresa portuguesa dedicada al comercio minorista. A finales de 2020 completó una emisión de bonos vinculados a la sostenibilidad, indicadores sociales y de gobernanza, por 20 millones de euros. El éxito final de la operación depende del cumplimiento de objetivos relacionados con la reducción de emisiones de CO2 y el impulso del liderazgo femenino.
La gestión fue conducida por el banco BBVA, a través de inversores privados y con un vencimiento final de cinco años.
Globo es una empresa de comunicación brasileña que controla una plataforma de televisión en abierto y también canales privados. La compañía expresó su deseo de emitir bonos y préstamos vinculados a la sostenibilidad para:
La empresa brasileña contrató a Sustainalytics tanto para analizar el marco de actuación como los objetivos.
Los principios internacionales que rigen estos bonos y que se han mencionado al principio de este artículo establecen un proceso muy transparente de los emisores, así como el compromiso que alcanzan. Se pueden resumir en cinco:
Uno de los principales valores para dotar de credibilidad a los bonos es elegir bien los KPI, sobre todo, que sean creíbles. ¿Cómo dotarlos de esta cualidad? En primer lugar, los KPI deberían estar relacionados con retos ambientales o de gobernanza del sector donde opere el emisor. En segundo lugar, que estén controlados por la dirección. Por último, tienen que poder ser verificados de manera interna y externa.
La calibración de los SPT (objetivos de desempeño de sostenibilidad) para cada KPI le da solidez al SLB. Definen y miden cuáles son las ambiciones del emisor, lo que le confiere al producto mayor o menor credibilidad. En ellos se da información clave que puede afectar a la consecución de estos objetivos y han de dictarse de buena fe.
Entre sus características principales se encuentran que cada SPT sea comparado con varios índices de referencias. También han de ser coherentes con otros objetivos similares de los emisores y poner un plazo límite de tiempo para abordarlos.
Este principio hace referencia a las características estructurales y financieras del bono, que están definidas, a su vez, por los KPI y los SPT. Estas variaciones, ya sea por la consecución de objetivos o por los elementos externos, provocará cambios en el propio bono. Y esto ha de dejarse también muy claro en la documentación previa a los inversores.
Al menos una vez al año, los emisores de los bonos tienen que publicar y enviar informes sobre su situación. Entre la información para aportar se encuentran los desempeños de los SPT, su impacto en las características de los bonos, etc.
El nivel de desempeño de los SPT debería ser verificado por una entidad externa y cualificada, como un consultor ambiental o un auditor. La periodicidad varía, puede ser anual o cuando se tenga que ajustar alguna característica del bono.
En definitiva, los bonos vinculados a la sostenibilidad y gestión de datos son productos financieros orientados al cumplimiento de ciertos objetivos. Además de ser descritos con total transparencia, los emisores tienen que seguir los principios internacionales que rigen estos productos. Así, los inversores pueden participar haciendo un seguimiento de la política de sostenibilidad, que se puede gestionar con soluciones digitales innovadoras.
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