La
huella de carbono se ha asentado en la gestión de las empresas y su medición se ha convertido en indispensable para cuantificar los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por su actividad de manera directa o indirecta, lo que le permite también adquirir compromisos de reducción. Para
medir la huella de carbono es necesario que las organizaciones conozcan el ‘dato de actividad’, el parámetro que define la actividad generadora de las emisiones de gases de efecto invernadero por el ‘factor de emisión’, la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por cada unidad del parámetro dato de actividad, como recoge el
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Impacto positivo
La
medición de la huella de carbono es una aliada de la
gestión medioambiental de las organizaciones. Desde 2003, Carbon Disclousure Project, ayuda a las empresas a medir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y España cuenta en la actualidad con
28 empresas con la calificación más alta (A). También las primeras versiones del Global Reporting Iniciative (GRI), el principal estándar para la elaboración de las memorias de sostenibilidad, ya incluía desde inicios del 2000 las emisiones de gases de efecto invernadero entre los indicadores medioambientales de las diferentes guías.
Las grandes empresas llevan tiempo midiendo su huella de carbono, bien por convicción o por demanda de los diferentes grupos de interés: regulador, accionistas o sociedad. Pero cuantificar el impacto medioambiental que tienen las emisiones también lo pueden realizar las pymes y micropymes en su estrategia de sostenibilidad.
La
Ley del Cambio Climático y Transición Energética, que se aprobó el pasado mes de abril, tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030, al menos, un 23% respecto a las de 1990 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Cómo reducir la huella de carbono
La innovación es una de las palancas de la sostenibilidad, sobre todo cuando se vincula con el medio ambiente, pero en el caso de la reducción de la huella de carbono, ya hay ejemplos que las empresas pueden imitar.
- Desarrollo de un plan de eficiencia energética: para reducir el impacto medioambiental y los consumos de combustibles, energía o electricidad.
- Compensación de la huella de carbono: una vez medida, se puede colaborar con alguna iniciativa ambiental para compensar las emisiones de CO2.
- Electrificación de la flota de vehículos de las empresas para minimizar las emisiones de combustión.
- Cambiar gases refrigerantes permitidos por otros de menor impacto.
- Fomentar el teletrabajo y las reuniones online para evitar desplazamientos innecesarios.
- Primar los viajes en tren frente al avión, siempre que se pueda.
Cómo calcular la huella de carbono
Las empresas que se deciden a medir y reducir su huella de carbono suelen tener un compromiso con el desarrollo sostenible y por minimizar el impacto de su actividad en el entorno.
A la hora de medir la huella de carbono, las compañías pueden analizar las emisiones en directas o indirectas. Las de Alcance 1 y 2 suelen ser las que requieren información mínima cuando una organización se predispone a cuantificar sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Emisiones directas o de Alcance 1: son las procedentes de las actividades propias de la organización en sus instalaciones como el consumo de combustibles, consumo de combustible en vehículos o gases refrigerantes florados en equipos de climatización/refrigeración.
Emisiones indirectas: se dividen en dos:
- Alcance 2: emisiones indirectas debidas al consumo de electricidad.
- Alcance 3: también son emisiones indirectas a la actividad de la compañía como viajes de trabajo, subcontratación de servicios (gestión de residuos, limpieza o seguridad), o la compra de productos proveedores.
Para calcular las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), existen diferentes calculadoras de huella de carbono como la de
CeroCO2.org de Ecodes. Mientras que los software de gestión de sostenibilidad como los de
APlanet ayudan a las empresas y organizaciones a gestionar sus emisiones, lo que las permite alcanzar objetivos de mejora y compromisos para minimizar su impacto medioambiental.
Una vez que una organización ha medido su huella de carbono solo le quedaría registrarla en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en la
web habilitada para ello, que es de carácter voluntario y recoge los esfuerzos de las empresas, administraciones y organizaciones españolas en el cálculo, reducción y compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero que genera su actividad.
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