En un contexto de creciente implicación en la lucha contra el cambio climático, las empresas están tomando la iniciativa para impulsar un modelo de negocio respetuoso con el medio ambiente. Independientemente del sector al que pertenezcan, las empresas intentan alinear cada vez más sus objetivos con los de una descarbonización completa. ¿Pero es la descarbonización – o las cero emisiones netas – el máximo nivel de implicación al que aspirar? ¿Qué significa ser Clima Positivo?
Teniendo en cuenta que cada año se emiten alrededor de 50.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) de forma global, con tan solo reducir la propia huella de carbono no se puede poner fin al problema. La actividad humana está reduciendo el presupuesto de carbono o cuota de emisiones establecida para limitar los efectos del cambio climático. Para mitades de siglo, las emisiones globales de GEI deben ser prácticamente nulas si queremos limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC. De acuerdo con el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), conseguir este objetivo se traducirá en que:
“Nuestro mundo sufrirá menos impactos negativos en la intensidad y frecuencia de los fenómenos extremos, en los recursos, los ecosistemas, la biodiversidad, la seguridad alimentaria, las ciudades, el turismo y la eliminación de carbono.”
Las empresas son una parte clave de este desafío por lo que han de fijarse objetivos ambiciosos para conseguir este reto. Puede parecer que todo esfuerzo es poco ante la inmensidad del problema, ya que la realidad es que con los niveles actuales de GEI liberados en la atmósfera tendrían que pasar “cientos de años para conseguir regular y enfriar el clima”. En una lucha justa de tiempo, el planteamiento Clima Positivo pretende dar respuesta a esta cuestión trazando el camino certero a seguir.
Aunque aún no exista una definición concreta o un estándar que ponga de manifiesto lo que supone ser Clima Positivo, resulta ser algo necesario ahora que cinco de los nueve límites planetarios han sido sobrepasados. Estos sistemas son los encargados de regular la estabilidad y resiliencia de los sistemas de vida en la Tierra, traspasar estos límites aumenta el riesgo de generar cambios ambientales abruptos o irreversibles a gran escala.
A la hora de combatir el cambio climático – uno de los nueve límites – las emisiones antropogénicas se encuentran en el punto de mira. De este modo, un producto, entidad o lugar puede definirse como Clima Positivo si extrae más emisiones nocivas de las que se crearon durante su ciclo de vida o actividad. Clima Positivo y Carbono Negativo comparten el mismo significado: absorber las emisiones de CO2 ya presentes en la atmósfera al mismo tiempo que se mitigan las propias emisiones (cero emisiones netas de carbono). Por lo tanto, ser Clima Positivo se basa en implementar medidas suplementarias con el propósito de crear un beneficio medioambiental.
A grandes rasgos, para ser Clima Positivas las empresas deben pasar por tres procesos: medir, gestionar y compensar su huella. Sin embargo, existen maneras de liderar el cambio y de hacer que este sea más efectivo, es ahí donde entra en juego la innovación y la difusión de las mejores prácticas (best practices).
Para medir la huella de carbono de la iniciativa en cuestión es necesario aplicar una visión holística, analizando las emisiones de principio a fin (from cradle to grave). Empleando un marco de contabilidad de carbono se estiman las emisiones producidas estudiando los componentes utilizados, las fuentes de energía, la cadena de suministro y la gestión de residuos entre otras cosas.
El CO2 no es la única emisión a tener en cuenta, otros gases como el metano o el óxido nitroso son igual de relevantes. El índice GWP – Global Warming Potential en inglés – es una manera de medir el resto de GEI que intervienen en el calentamiento global y de agregarlos a nuestra huella de carbono.
Una vez analizadas las fuentes de GEI de nuestra iniciativa, la reducción de emisiones entra en acción. Estableciendo Objetivos Basados en Ciencia se puede definir una hoja de ruta para reducir emisiones encontrando soluciones, como puede ser cambiar a energías renovables, reducir residuos, apoyar la producción local, electrificar el transporte, etc. Es importante mantener la circularidad en cada etapa para reducir el impacto de nuestra actividad.
Para ser Clima Positiva, una iniciativa debe extraer GEI de la atmósfera para crear un beneficio medioambiental. De este modo las empresas pueden compensar las emisiones que inevitablemente producen. Estas medidas complementarias se llevan a cabo a través de la compensación de carbono (carbon offsetting) utilizando soluciones basadas en la naturaleza para capturar carbono. La compensación de carbono también puede hacerse empleando tecnología o invirtiendo en proyectos medioambientales como las energías renovables.
El papel clave de la innovación y de la inversión en I+D`+i se traduce en nuevas maneras de contrarrestar el cambio climático en diferentes sectores. Utilizar ideas no convencionales e invirtir en estos proyectos puede marcar la diferencia en la carrera a contratiempo para mitigar el cambio climático.
Conseguir que el máximo número de actores alcance el objetivo Clima Positivo es beneficioso para la sociedad en su conjunto. Difundiendo los casos de éxito y las buenas prácticas, se puede dar visibilidad y maximizar el número de personas involucradas. Esta sinergia genera un mayor impacto y contribuye a que los proveedores, los empleados y los clientes estén más comprometidos. Esto también depende plenamente de que se reporten las iniciativas y los resultados Clima Positivos de forma transparente.
Las empresas deben participar de forma activa y responsable en la creación de políticas climáticas. Para WWF, materializar la ambición Clima Positiva significa colaborar con otras empresas y organizaciones en torno a soluciones compartidas para empoderar e inspirar al consumidor.
Ser clima-positivo es una forma para las empresas de liderar la acción por el clima. La palabra “responsabilidad” se ha vuelto sinónimo de “actuar”, de seguir un camino ético y de crear sinergias para que el cambio sea inclusivo.
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