La Unión Europea ha marcado como prioridad combatir el cambio climático en las próximas décadas. Para responder a este desafío, los estados miembros han puesto en marcha el llamado Pacto Verde Europeo. Este acuerdo histórico propone una transformación total de la economía con un gran objetivo: parar el calentamiento global. Con este planteamiento, Europa se convertirá en el primer continente climáticamente neutro. Esto quiere decir que, para 2050, los países miembros deberán haber alcanzado el llamado Net Zero. En ese punto, las emisiones se neutralizan: se retira de la atmósfera tanta contaminación como se emite.
El Pacto Verde Europeo es un paquete de iniciativas políticas que involucra directamente a los estados miembro de la Unión Europea en el camino hacia una transición ecológica. Este pacto se formaliza como la estrategia de la Unión para cumplir con lo acordado en el Acuerdo de París. En ese gran acuerdo internacional de 2015, los países firmantes se comprometían a frenar el incremento de la temperatura global. La idea es mantener ese aumento por debajo de los 2ºC con respecto a la media de la época preindustrial.
Para lograr ese objetivo, es necesario alcanzar una meta que todavía parece lejana: la neutralidad climática. Y la forma de caminar hacia ese horizonte que se plantea la UE es este Pacto Verde Europeo.
El green deal europeo se desveló el 14 de julio de 2021. Ese día, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, lo dejó claro: “Emitir CO₂ debe tener un precio”. Con esa frase, quería mostrar la firmeza de la UE al implantar este programa. Y buscaba marcar un objetivo principal e irrenunciable: Europa debe ser neutral en emisiones en 2050.
Así, el principal objetivo de este pacto verde sería frenar el cambio climático y lograr la neutralidad climática en 2050. Además, asociadas a este reto aparecen otras grandes metas:
La acción de la UE atraviesa sus fronteras: paga un 40 por ciento de la lucha mundial contra el calentamiento. Y quiere seguir liderando esa batalla. Para ello, se propone predicar con el ejemplo a través de este Pacto verde Europeo. La Unión busca involucrar a países no miembros en su visión de un futuro más sostenible. Se espera que sirva de incentivo para que otras naciones establezcan políticas de precios para el carbono.
En ese esfuerzo, la UE impulsará la acción por el clima con la diplomacia, el comercio y la cooperación. Además, se establecerán normas para un crecimiento sostenible en todas las cadenas de valor mundiales.
Esta actividad exterior tendrá puntos fuertes. Uno de ellos será una Agenda Verde para los países balcánicos. Otro, la creación de asociaciones medioambientales y climáticas con la Vecindad Meridional y la Asociación Oriental. También se construirán alianzas con los países socios en América Latina, el Caribe, Asia y el Pacífico. Además, se establecerán colaboraciones con el G20 y con los países africanos.
Todas estas políticas y estrategias tienen el objetivo común de ralentizar o paralizar el aumento de la temperatura. Aunque la meta es muy complicada, el green deal puede ser la herramienta para lograrlo.
Por un lado, porque supone una transformación profunda de la economía, las formas de producción y el transporte. Por otro, porque propone construir una nueva sociedad, más consciente de los problemas que la aquejan, más resiliente y solidaria.
Desde una perspectiva más técnica, el Pacto verde Europeo es toda una ofensiva contra las emisiones de carbono. La descarbonización es la principal arma contra el calentamiento, así que las políticas que vayan en ese sentido son positivas.
Para asentar esas políticas de descarbonización, la UE propone un amplio paquete legislativo, el llamado “Objetivo 55”. Es un conjunto de nuevas normativas que afectarán a muchos sectores y que será vinculante para todos los estados miembros.
Estos cambios legales tratan de adaptar el amplio conjunto de normas de la Unión a los objetivos de cambio climático. Finalmente, el compromiso de reducir las emisiones para 2050 sea algo más que palabras: tendrá rango de ley.
Todos estos cambios servirán para establecer un escudo protector para la naturaleza en toda la Unión Europea. Este escudo actúa en cuatro frentes que componen la Estrategia sobre Biodiversidad del Pacto Verde Europeo:
Con estas ideas en mente, Europa se compromete a recuperar su biodiversidad antes de 2030. Para ello, también se ampliarán las zonas protegidas, tanto en tierra como en el mar. Además, se recuperarán ecosistemas degradados y aumentará la financiación para estas acciones.
Como parte central del Pacto Verde Europeo, se despliegan estrategias e iniciativas que involucran a instituciones, empresas y ciudadanos. Estas políticas afectarán principalmente a la industria, la construcción y la agricultura. Las principales estrategias son:
Todos los estados de la UE deberán colaborar en recopilar y compartir los datos sobre la evolución del clima. Además, deberán construir sociedades más resilientes ante los problemas generados por el impacto del calentamiento. Eso pasa por adoptar soluciones basadas en la naturaleza y por proteger los ecosistemas. Además, esta estrategia deberá integrarse en la política presupuestaria de la Unión.
Se trata de garantizar la producción de suficientes alimentos asequibles y nutritivos para todos los miembros.
Otras estrategias que los estados de la Unión deberán impulsar son el fomento del tejido industrial o el impulso de la economía circular. También el desarrollo de una nueva estrategia forestal y la búsqueda de un suministro energético limpio y asequible. Por último, un plan de transición justa garantizará ayuda financiera y técnica para las regiones más afectadas por estos cambios.
Dentro de este conjunto de cambios, aparecen iniciativas de gran calado. Las más importantes tienen carácter legislativo y forman parte del llamado ‘Objetivo 55’. Entre ellas, destacan las políticas de impulso de las energías renovables. Para lograr ese impulso, se revisará la directiva sobre fuentes de energía renovables que está ahora en vigor. Con la revisión, Europa deberá lograr que un 40 por ciento de la electricidad consumida para 2030 sea verde. Además, se pondrán en marcha normativas de eficiencia energética.
El otro punto fuerte será la nueva legislación de emisiones para coches y furgonetas. Así, los turismos deberán reducir un 55 por ciento sus humos para 2030. Por su parte, las furgonetas deberán reducir sus emisiones a la mitad. Además, se deberá impulsar notablemente la construcción y venta de coches “cero emisiones”.
Como complemento a las exigencias para la automoción, se propone impulsar la construcción de una infraestructura de combustibles alternativos. Estos carburantes más ecológicos deberán llegar también a los sectores de la aviación y el transporte por mar.
Otro punto clave será el llamado reglamento de reparto del esfuerzo. Este reglamento propone dividir las reducciones entre varios sectores: transporte, edificación, agricultura y tratamiento de residuos.
Destaca también el cambio de reglamentación para mejorar el uso de la tierra y la silvicultura. Se busca que la agricultura sea un baluarte fundamental en la lucha contra las emisiones.
También sobresale el Fondo Social para el Clima, que apoyará a ciudadanos y empresas en su adaptación a estos objetivos.
En el apartado económico, se plantea una revisión de la fiscalidad de la energía. Además, se revisará el actual sistema de comercio de derechos de emisión. En relación con este mercado, la UE también mira fuera de sus fronteras con el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono. Este sistema obliga a las empresas europeas a comprar certificados de emisiones para su actividad exterior.
Finalmente, esas iniciativas, estrategias y cambios legales afectan a las empresas. Sus planes, presupuestos, memorias y balances deberán tener siempre en cuenta la lucha contra el cambio climático. Para dar a conocer lo que hacen en este sentido, la Unión Europea ha publicado la llamada taxonomía de la UE. Se trata de un reglamento que indica cómo publicar y difundir la información no financiera de las empresas. En él se recoge cómo se deben publicar los planes corporativos medioambientales.
Con todo, el Pacto Verde Europeo supone una transformación que afectará a todos los elementos de la sociedad. Por ejemplo, las empresas priorizarán las inversiones sostenibles para satisfacer las demandas de una sociedad cada vez más consciente de su impacto en lo social y en lo medioambiental.
Cuanto antes tengan las compañías el pacto verde en su agenda y planes, antes cumplirán con su parte del compromiso. Si tu empresa necesita recorrer ese camino, deberás contar con especialistas que la guíen y asesoren. En APlanet contamos con herramientas pensadas para facilitar la transformación que pide el Pacto Verde Europeo, como el gestor ESG. Puedes contactar ahora con nosotros o reservar ya una demo gratis desde nuestra web.
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