En este artículo, exploraremos el concepto de Plan de Sostenibilidad, su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la importancia de su implementación en las empresas.

Además, describiremos los beneficios de adoptar un enfoque sostenible en el ámbito empresarial y proporcionaremos una guía paso a paso para crear e implementar un plan de sostenibilidad efectivo en su organización.

Acompáñanos en esta travesía hacia la sostenibilidad y descubre cómo un plan de sostenibilidad puede impulsar el éxito y la resiliencia de tu empresa en el largo plazo.

¿Qué es un plan de sostenibilidad y por qué es importante?

El 63 % de los trabajadores en España piensan que las políticas de sostenibilidad, entre las que se encuentra la que abordamos, son determinantes. Esta es la conclusión de un estudio publicado recientemente por la revista especializada Compromiso RSE. Por tanto, los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) cobran más valor.

Definición de plan de sostenibilidad

Un plan de sostenibilidad es una guía que establece «objetivos claros, medibles y realistas para mejorar la sostenibilidad de la organización». Además, debe estar en coherencia con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), proyectados para cumplirse antes del año 2030. Generalmente, también está vinculado con los esfuerzos de la Unión Europea para reducir la huella de carbono.

Destaca, entre otras figuras similares, en que esta implementa políticas realistas y concretas. Igualmente, compromete a todos los trabajadores, directivos, clientes e inversores del negocio. Solo con estas claves es posible lograr el verdadero cambio que tienen que acometer las compañías en todo el planeta.

Beneficios de implementar un plan de sostenibilidad

La Agencia Europea de Medio Ambiente lleva desde 2015 reforzando la urgencia de adoptar planes que sigan esta línea. De hecho, anunciaron que el continente está lejos del propósito de «vivir bien, respetando los límites de nuestro planeta». Por ello, resulta todavía más prioritario conocer las ventajas que tiene este tipo de directrices:

• Mejora la imagen corporativa. El 80 % de las grandes empresas españolas aumentaron sus inversiones en sostenibilidad durante 2022, según Deloitte. Una de las principales razones fue la necesidad por comprometerse con el planeta. El mismo estudio explicó que el 74 % de las personas está preocupada por el papel que las empresas tienen.
• Reduce los costos operativos. Las políticas sostenibles generan un efecto positivo en la cadena de valor a medio y largo plazo. Las razones que justifican esto son la optimización en el uso de recursos y la reducción de residuos. Respecto a la mayor eficiencia energética, es una inversión de futuro muy prometedora.

Cómo hacer un plan de sostenibilidad paso a paso

Hoy en día, cada empresa puede escoger cómo adoptar sus planes de sostenibilidad. Sin embargo, cabe reseñar que existen ciertas normativas que incorporan matices reseñables. Entre ellas, destacan las siguientes con carácter estatal, que se amparan en las europeas a modo de transposición:

• Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global (2023). Involucra a empresas e instituciones a centrarse también en combatir el hambre o generar condiciones ambientales de salud.
• Ley de Economía Sostenible (2011). Compromete a los negocios a formar parte de la lucha contra el cambio climático. Supuso un importante avance en este ámbito.

Paso 1: Hacer un análisis de materialidad

Resulta prioritario saber cómo elaborar un análisis de materialidad. Constituye una baza esencial al establecer preferencias de actuación y ejes relevantes. De este modo, es posible optimizar las inversiones efectuadas, tanto en tiempo como en capital financiero o humano.

Para prepararlo, hay que detallar cada año el impacto que la corporación tiene en el sentido ambiental, social y económico. Dicho de otro modo, la presencia que la empresa tiene en su sector a la hora de construir un verdadero cambio. Luego, conviene determinar qué recursos existen para encaminarlos hacia el desarrollo sostenible.

Paso 2: Identificar objetivos y metas de sostenibilidad

Los propósitos que se tracen han de cumplir con ciertas características para que de verdad marquen un camino:

• Concreción y detalle. Hay que huir de las propuestas vagas y realizar compromisos que sean demandados por la sociedad. Especialmente, cuando hablamos de cuestiones como minimizar la huella de carbono o reducir el desperdicio de recursos naturales.
• Capacidad de medición. Es fundamental que se puedan evaluar con métricas adecuadas. De hecho, se pretende integrar una serie de indicadores, como veremos en el cuarto paso. Los más adecuados son el porcentaje de reducción de emisiones GEI o la compensación de la huella de carbono.
• Evaluación y seguimiento. Los objetivos han de ser sometidos a la crítica constructiva durante su etapa de planificación. Cuando estén implementados y se trabaje para conseguirlos, una entidad independiente debe revisarlos para comprobar si se están cumpliendo.

Paso 3: Establecer estrategias y acciones del plan de sostenibilidad

Como es lógico, cualquier acción necesita estar orientada hacia los propósitos establecidos en el paso anterior. Solo de este modo es posible lograr el cambio que se pretende y minimizar los obstáculos o dificultades. Así pues, deben formar parte de una guía con aportaciones de todo el personal y, si es posible, también de la sociedad.

Existen ciertas estrategias que van más allá del sector y que son prioritarias:

• Optimizar la eficiencia energética (en línea con las demandas del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía).
• Gestionar de manera eficaz e inteligente los residuos, evitando el derroche y la contaminación de espacios naturales.
• Integrar una política ecológica en la cadena de producción, sobre todo, con un plan de sostenibilidad turística.

Por su parte, la colaboración interempresarial es otro de los pilares en los que se puede profundizar. En cualquier caso, cabe mostrar una mirada más abierta e incluir también a entidades y ONG que se esfuerzan por mejorar la sostenibilidad en las compañías.

Paso 4: Establecer indicadores de desempeño (KPI) y monitoreo

Entre los más comunes para un plan de sostenibilidad empresarial, destacan los siguientes:

• Penetración de las energías renovables. Conviene aprovechar las subvenciones que entidades públicas como el IDAE ofrecen. Por lo general, están enfocadas hacia la solar, tanto fotovoltaica o térmica como híbrida. De hecho, esta última está mostrando un potencial que resulta prometedor.
• Eficiencia energética en la producción. La actividad industrial es una de las principales responsables de emisiones GEI. Es importante adoptar medios que garanticen un menor consumo de electricidad. Para ello, los KPI inclinados hacia la potencia consumida son los más eficaces.

Una de las claves que define la acción de APLANET es el establecimiento de indicadores para abordar el reto que se plantea. Están siempre personalizados hacia la empresa y cuentan con un sistema de gestión de datos en tiempo real. Como resultado, es fácil monitorearlos de manera continua en beneficio de la inversión efectuada.

Paso 5: Comunicación y participación de los grupos de interés

Una cuestión recomendable a la hora de adoptar un plan de sostenibilidad ambiental es crear grupos de interés. De modo frecuente, dividen la empresa y todas las personas que mantienen contacto o conviven en ella. Los planes más efectivos son aquellos que integran a distintos actores:

• Inversores, que son responsables del capital económico que se destina para el plan de sostenibilidad de una empresa.
• Clientes, que, como señalábamos antes, están dispuestos en mayoría a hacer un desembolso superior. Lo que les importa, por encima de todo, es apostar por soluciones ecológicas.
• Socios, que pueden provenir de otras compañías o de entidades con fines de RSC. Son un apoyo primordial para trazar objetivos en común.

Paso 6: Revisión y mejora continua del plan de sostenibilidad

Este último paso, en realidad, no acaba nunca, dado que sigue un esquema circular. Lo que propone es implantar una metodología de revisión, seguimiento y desarrollo constantes. Para ello, resulta prioritario que haya dos profesionales encargados. Uno de ellos debe provenir de la directiva del negocio, mientras que el otro tiene que estar especializado y ser independiente.

La revisión se efectuará siempre en conjunto, con representación de los grupos de interés implicados. Después, se llevará a cabo la rendición de cuentas por parte de quienes han invertido en la realización del plan. El objetivo es demostrar cómo el tiempo y el dinero han dado sus resultados o están en camino de hacerlo.

Conviene, en esta etapa, sentarse y revisar uno por uno los KPI escogidos en su momento para comparar el grado de consecución de cada objetivo para saber si se está caminando en la dirección correcta. En caso contrario, no es preciso alarmarse, pues este paso está, precisamente, para detectarlo para el plan de sostenibilidad de un proyecto.

Conclusiones y recomendaciones para un plan de sostenibilidad eficaz

Como siempre defendemos, hay que triplicar el enfoque adoptado, lo que requiere abordar los ámbitos económicos, ambientales y sociales para que refleje de verdad la situación del negocio. Esto último, tanto en su sector como en la sociedad, respondiendo siempre a las demandas de clientes e inversores.

• Contar con expertos en la materia para generar una red de colaboradores internos y externos. El propósito es dar lugar a un flujo constante y valioso de ideas.
• Comunicar los avances y desafíos. Con frecuencia, se debe informar sobre lo que se ha conseguido y lo que queda por hacer. La compañía ha de perder el miedo a dejarse asesorar.
• Contar con un software de apoyo. Un ejemplo es el que ha desarrollado APLANET, que gestiona la información de manera eficiente y con un control idóneo sobre la trazabilidad.
  

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