La acumulación de altas cantidades de gases de efecto invernadero en la atmósfera está disparando los efectos negativos del cambio climático: sequías más recurrentes, calor extremo, inundaciones devastadoras, acidificación de los océanos… Cada vez es más patente que la «rápida transformación de las sociedades» es la única opción para limitar estos impactos. Actualmente, el GHG Protocol es el estándar más utilizado para contabilizar y gestionar estas emisiones nocivas.
¿Qué son los gases de efecto invernadero y cuáles son sus consecuencias?
Durante los últimos años, el concepto de GEI (gases de efecto invernadero) ha ganado popularidad. Desde la declaración de «emergencia climática», se convirtió en tema de debate social y empresarial. El informe Climate Change 2021: The Physical Science Basis, de IPCC, es certero. Las actividades humanas provocan un fuerte perjuicio en la atmósfera y en los ecosistemas.
Las emisiones descontroladas de gases de efecto invernadero son una de las principales amenazas para el planeta. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, son aquellos que atrapan el calor de la atmósfera. En este sentido, causan el denominado efecto invernadero, que provoca un aumento de la temperatura media global.
Gases de efecto invernadero
Generalmente, se distinguen ciertos tipos de GEI:
- Dióxido de carbono (CO₂): Es expulsado a la atmósfera mediante la quema de combustibles fósiles, las reacciones químicas o el procesamiento de residuos sólidos. Según la Agencia Internacional de la Energía, las emisiones de CO₂ se están ralentizando gracias a las renovables.
- Metano (CH₄): Su acumulación en la atmósfera se debe a la producción de carbón, petróleo y gas natural. Lo mismo sucede con la ganadería y la agricultura intensivas y no controladas. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica informó que 2021 batió otro récord en cuanto a expulsiones de metano.
- Óxido nitroso (N₂O): las actividades agrícolas y ganaderas son responsables de sus emisiones. Otras causas son la gestión insostenible de residuos sólidos o el tratamiento de aguas residuales. Según el Banco Mundial, la suma total de países emitió tres millones de toneladas métricas en 2019.
- Hidrofluorocarburos (HFC): Están formados por átomos de flúor, carbono e hidrógeno. Presentan una elevada estabilidad química, lo que se traduce en una mayor permanencia en la atmósfera. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha lanzado un programa para disminuir sus expulsiones a nivel federal.
- Perfluorocarburos (PFC): De generación humana, están compuestos por átomos de flúor y carbono. La quema de plásticos y cerámicas, así como la fabricación de aluminios, son responsables de las emisiones. De acuerdo con el Instituto Internacional del Aluminio, China es el principal emisor.
- Hexafluoruro de azufre (SF₆): Es más pesado que el aire y tiene propiedades altamente nocivas en la atmósfera. Se suele usar en los equipos de aislamiento eléctrico. Según un estudio del Estado de Massachusets, es 24 000 veces más perjudicial para la atmósfera que el CO₂.
Impacto de los gases de efecto invernadero
Sin duda, las acumulaciones de GEI pueden ser realmente dañinas para el planeta. Ciertos tipos, como el hexafluoruro de azufre, permanecen hasta 3000 años en la atmósfera. Pero, más allá de esto, hay ciertas consecuencias que pueden afectar gravemente a la vida en el planeta:
- Acidificación de los océanos: el CO₂ de la atmósfera provoca reacciones químicas en las masas de agua. En consecuencia, la concentración de ciertos minerales, como el carbonato de calcio, disminuye. Esto supone una importante amenaza para la vida marina y una pérdida de biodiversidad a largo plazo.
- Enfermedades respiratorias: la Organización Mundial de la Salud alerta constantemente de las consecuencias de la contaminación para la salud. Entre estas, figuran el cáncer de pulmón, los infartos, problemas cardíacos o enfermedades respiratorias crónicas.
- Incremento de los fenómenos meteorológicos extremos: la Organización Meteorológica Mundial lanzó el pasado año una impactante alerta. En su informe, afirma que las concentraciones de GEI han hecho que el planeta se aproxime a un «territorio inexplorado».
Una de las soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es el GHG Protocol. Esta iniciativa forma parte de una de las estrategias más prometedoras para luchar contra el cambio climático.
¿Qué es el GHG protocol?
La Asociación Española para la Calidad la define como «la herramienta internacional más utilizada para el cálculo y comunicación del Inventario de emisiones». Su principal objetivo es determinar, medir, reconocer y disminuir las expulsiones de GEI hacia la atmósfera. Para ello, han desarrollado una metodología en colaboración con instituciones, empresas y entidades de todo el planeta.
Definición del GHG protocol
El GHG Protocol es una metodología que profundiza en el conocimiento de las emisiones de GEI. De esta forma, se registran tanto las emisiones directas como las indirectas, en un análisis integral y muy detallado. Cabe destacar que en 2019 suscribió un acuerdo con Partnership for Carbon Accounting Financials (PCAF).
¿En qué consiste exactamente el GHG Protocol?
Este método fue elaborado por el Instituto de Recursos Mundiales y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible. Permite medir las emisiones de todos los gases de efecto invernadero (CO₂, CH₄, N₂O, HFC, PFC y SF₆). Persigue cinco principios que posibilitan su uso en empresas de todos los países y sectores:
- Integridad.
- Consistencia.
- Transparencia.
- Relevancia.
- Precisión.
¿Quién utiliza el GHG Protocol?
En la actualidad, el 92 % de las empresas del Fortune 500 utilizan directa o indirectamente métricas del GHG Protocol.
Respecto a las empresas, hay cuatro estándares que deben cumplir:
- Estándar corporativo: relacionado con la preparación de un inventario de emisiones GEI.
- Estándar de la cadena de valor: reconocer el impacto de la producción e identificar potenciales disminuciones.
- Estándar de producción: optimizar la vida útil y los ciclos de los productos para avanzar en la sostenibilidad.
- Estándar de proyecto: plantear nuevos proyectos que permitan alcanzar la neutralidad climática.
Por su parte, también es de aplicación para las ciudades y países. Entre ellos, destacan los firmantes del Acuerdo de París de 2015, que deben acogerse a estos estándares:
- Estándar de objetivos de mitigación: disminuir las expulsiones de gases desde el ámbito local y nacional.
- Estándar de política y acción: crear y defender políticas públicas que permitan actuar realmente.
- Estándar del protocolo para ciudades: fomentar la participación de las entidades locales y regionales.
- Estándar de proyecto: crear proyectos innovadores para mitigar la contaminación atmosférica.
Como curiosidad, cabe destacar la última actualización de esta metodología. Según la organización, las ciudades deben tener en cuenta el efecto de los árboles y la vegetación en su análisis. Biológicamente, estos emiten CO2 como parte de su proceso natural de desarrollo y crecimiento.
Alcances GHG Protocol
Con el objetivo de garantizar que el análisis se ajusta a la realidad, se define un sistema de alcances. Este se corresponde con los límites operacionales del estudio, es decir, con el tipo de emisiones. Hay que recordar que este método se caracteriza por tener en cuenta las indirectas, no solo las directas.
Alcance 1, 2 y 3 del GHG Protocol
Esta clasificación se divide en tres alcances. Las empresas deben cuantificar, como mínimo, los dos primeros. Por su parte, el tercero queda a elección de cada compañía. De este dependerá, en gran parte, la precisión y relevancia que tenga el informe final. Por tanto, pueden ser vitales para garantizar los principios que rigen esta metodología.
- Alcance 1: se corresponde con las emisiones GEI directas, es decir, las originadas por fuentes que pertenecen al negocio. Se incluyen también aquellas que, aunque no sean de su propiedad, estén controlados por este. Por ejemplo, la combustión, el uso de vehículos o la fabricación de productos.
- Alcance 2: está relacionado con las emisiones indirectas de GEI asociadas a la electricidad. Es decir, las causadas por la generación de electricidad con fines energéticos. Igualmente, abarca el consumo de esta por parte de fuentes no renovables, así como la escasa eficiencia de los dispositivos.
- Alcance 3: son el resto de emisiones indirectas de GEI. Se trata de aquellas fuentes que no son propiedad de la compañía ni están controladas por esta. Como ejemplos, destacan las entidades colaboradoras o los distribuidores. Estas pueden representar entre el 80 y el 97 % de las emisiones de una organización.
Cómo medir y reportar las emisiones de gases de efecto invernadero
El Departamento de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA, por sus siglas en inglés) publicó una guía en 2009. Este documento, titulado Guidance on how to measure and report your greenhouse gas emissions, continúa siendo de vital importancia. Lo es, precisamente, porque explica cómo medir las emisiones de GEI.
De esta forma, los siguientes puntos están basados en las directrices que el Gobierno británico expuso.
Puntos clave para poner en marcha el GHG Protocol
La normativa consta de siete puntos clave:
- Identificar las actividades responsables de emitir GEI.
- Separarlas según su alcance (1, 2 y 3, según el GHG Protocol).
- Cuantificar las emisiones de alcance 1 y 2 (las obligatorias).
- Recopilar datos análogos a las actividades que causan esas emisiones.
- Obtener y recopilar datos durante 12 meses consecutivos.
- Procesar la información multiplicando los datos de la actividad por el factor de emisión.
- Estructurar las emisiones según los 6 gases de efecto invernadero.
En definitiva, el GHG Protocol se ha convertido en una herramienta imprescindible de cara al futuro. En un medio plazo, se puede observar un cierto impacto positivo en las concentraciones atmosféricas de gases. Mide el impacto de tu empresa y actúa por el clima. Empieza midiendo las emisiones de GEI de tu empresa con nosotros. ¡Contáctanos!
Suscríbete a nuestro hub de recursos para estar al tanto de las últimas tendencias del sector