La Taxonomía Europea ha tomado un papel crucial en la transición hacia una economía más sostenible y consciente del medio ambiente.
Este marco regulatorio ha generado un impacto significativo en las empresas e inversores, quienes buscan adaptarse y aprovechar las oportunidades que ofrece.
En este artículo, exploraremos los objetivos, alcance y aplicaciones de la Taxonomía Europea, así como sus beneficios y desafíos.
También analizaremos cómo este sistema de clasificación puede ser un catalizador para una transformación sostenible.
La Taxonomía Europea es un sistema de clasificación establecido por la Unión Europea (UE) que determina si una actividad económica puede considerarse «sostenible» o «verde».
Esta herramienta fue creada con el propósito de facilitar y aumentar la inversión sostenible, así como eliminar el greenwashing, una práctica en la que las empresas proporcionan información engañosa o falsa sobre la sostenibilidad de sus productos o servicios.
La Taxonomía Europea fue establecida a través del Reglamento UE 2020/852 y se ha convertido en uno de los primeros esfuerzos significativos para regular los requisitos de divulgación de información no financiera.
Las empresas sujetas a esta regulación están obligadas a divulgar las medidas que toman en cuestiones relacionadas con el medio ambiente, impacto social y en materia de gobernanza (ESG).
Desde su entrada en vigor en julio de 2020, este marco ha pasado por varias actualizaciones y cambios en el reglamento, lo que dificulta a muchas empresas e inversores el seguimiento de todas las nuevas iteraciones. Por ello, en este artículo ofrecemos un resumen comprensivo de la Taxonomía Verde Europea y de su relevancia.
Los objetivos principales de la Taxonomía Europea son ayudar a las empresas y a los inversores a navegar por la transición hacia un modelo económico europeo más sostenible, en consonancia con los compromisos políticos de alto nivel, como el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo.
Además, busca proporcionar un marco de referencia común que facilite la evaluación y comparación de actividades sostenibles en diferentes sectores y regiones.
El alcance de la Taxonomía de UE implica a dos usuarios principales: la Unión Europea o sus miembros y los actores involucrados en los mercados financieros. Afecta directamente a las empresas que deben adaptarse a los criterios establecidos desde la UE.
Los inversores también se ven involucrados, en especial aquellos que buscan oportunidades de inversiones sostenibles.
El desarrollo y cumplimiento de la Taxonomía de la Unión Europea sigue un calendario específico que afecta tanto a las empresas como a las instituciones financieras. A continuación, se presenta una descripción detallada de los plazos clave y las fechas de divulgación obligatoria.
A continuación, se muestra una tabla con los plazos y requisitos de divulgación.
Cuándo | Quién | Qué hacer |
Enero 2023 | Empresas grandes cotizadas con > 500 empleados | Divulgar informes de elegibilidad y alineación para el año anterior. Las entidades financieras divulgan el informe de elegibilidad para 2022. |
Enero 2024 | Empresas grandes cotizadas con > 500 empleados | Divulgar informes de elegibilidad y alineación para el año anterior. Las entidades financieras divulgan informes de elegibilidad y alineación para 2023. |
Enero 2025 | Empresas grandes cotizadas con > 500 empleados | Para las evaluaciones de DNSH (Do No Significant Harm) de exposiciones en terceros países, las entidades financieras pueden incluir estimaciones de alineación, sujetas al período de revisión de 2024. |
Enero 2026 | Todas las empresas grandes con > 250 empleados | Las instituciones de crédito incluyen la alineación en sus libros de operaciones, así como tarifas y comisiones por actividades no bancarias para reportar bajo el CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) y la taxonomía. |
Enero 2027 | Todas las empresas cotizadas, incluidas las PYMEs | Las PYMEs informarán según un estándar simplificado del CSRD y la taxonomía. |
El reglamento considera que una actividad es sostenible si cumple con la lista de estos 6 objetivos medioambientales:
Otras consideraciones en línea con los objetivos anteriores que deben tenerse en cuenta son:
Las empresas tendrán que demostrar que cumplen con los requisitos técnicos para cada objetivo medioambiental.
Se establecen 70 criterios para la mitigación y 64 para la adaptación, agrupados en tres categorías principales: baja emisión de carbono, transición y habilitación. Para cada objetivo, el TSG ha establecido umbrales que determinan si una actividad cumple las normas del DNSH.
Estos elementos permiten a la empresa evaluar su impacto, de forma precisa y holística, en relación con el objetivo que se pretenda conseguir. Así, disponen de una orientación clara para tomar las medidas oportunas en función de sus necesidades particulares.
La principal ventaja es que disponen de un marco legal para mejorar su actividad y hacerla sostenible. Cuentan con una serie de objetivos que implementar, los cuales permiten realizar cambios de gran calado. De esta manera, podrán mostrar su compromiso con el entorno natural con claridad.
A su vez, las empresas pueden atraer a inversores interesados en la sostenibilidad. Esto les permite obtener capital de nuevas fuentes más diversificadas, lo que les facilitará mejorar su negocio y continuar expandiéndose.
También mejoran su organización interna, ya que cuentan con las indicaciones de los criterios utilizados en la taxonomía que simplifican la toma de decisiones y la planificación, evitando riesgos y aprovechando oportunidades.
«Do No Significant Harm» (DNSH) es un principio clave que establece que las actividades económicas consideradas sostenibles no deben causar un daño significativo a otros objetivos ambientales.
En otras palabras, una actividad económica no puede considerarse sostenible si tiene un impacto negativo significativo en otros aspectos ambientales, incluso si contribuye a la mitigación del cambio climático.
Se refiere a las actividades económicas que cumplen con criterios específicos y contribuyen significativamente a los objetivos ambientales de la Unión Europea, como la mitigación y adaptación al cambio climático, la protección de ecosistemas y biodiversidad, y la transición hacia una economía circular, entre otros.
La elegibilidad y la alineación se refieren a la medida en que las actividades económicas de una empresa o las inversiones de un fondo cumplen con los criterios establecidos por la taxonomía.
La elegibilidad se refiere a la evaluación de si una actividad económica específica está incluida en la Taxonomía y si cumple con los requisitos técnicos de selección y los umbrales definidos para ser considerada como una actividad sostenible.
Esencialmente, la elegibilidad determina si una actividad económica contribuye de manera significativa a uno o más de los objetivos medioambientales establecidos.
La alineación, por otro lado, se refiere a la proporción de las actividades económicas de una empresa, la facturación, los gastos de capital (CapEx) y los gastos operativos (OpEx) que están en línea con los criterios y umbrales de la Taxonomía Europea.
La alineación es una medida que ayuda a las empresas y a los inversores a comprender qué porcentaje de sus actividades o inversiones están realmente contribuyendo a los objetivos medioambientales y de sostenibilidad. También proporciona una idea de cuánto progreso se está realizando hacia la transición a una economía más sostenible y baja en carbono.
La Taxonomía y el TCFD (Task Force on Climate-related Financial Disclosures) son dos enfoques diferentes para abordar la sostenibilidad y la divulgación de información en el ámbito financiero y empresarial.
Ambos enfoques buscan aumentar la transparencia y promover prácticas sostenibles, pero la Taxonomía es específica para la región de la Unión Europea y se centra en criterios técnicos, mientras que TCFD tiene un enfoque global y se centra en la divulgación de riesgos y oportunidades.
La Taxonomía y el SFDR (Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles) son complementarios, pero abordan diferentes aspectos de la sostenibilidad en el sector financiero.
La primera se centra en la clasificación de las actividades económicas en función de su sostenibilidad, mientras que el SFDR se enfoca en la divulgación de información sobre cómo las instituciones financieras abordan la sostenibilidad en sus operaciones y productos financieros. Ambos marcos trabajan juntos para mejorar la transparencia y promover la inversión sostenible en la Unión Europea.
El reglamento actual sólo contiene criterios técnicos de selección para 2 de los 6 objetivos medioambientales.
Además, sólo cubre 13 sectores y algunas industrias importantes, como la agricultura, quedan fuera de la normativa actual.
Para los que no están cubiertos, hay muy pocos incentivos para informar utilizando el marco. Esto limita el impacto que estas normativas pueden tener a corto plazo.
La implementación y adopción de la Taxonomía Europea por parte de las empresas y el sector financiero pueden acelerar significativamente la transición hacia una economía baja en carbono y sostenible.
Además, ésta ofrece múltiples beneficios para las empresas, por lo que su adopción no solo es crucial para garantizar un futuro sostenible y cumplir con las metas climáticas y ambientales de la UE, sino que este marco regulatorio garantizará la viabilidad a largo plazo de las organizaciones.
Si quieres generar informes alineados con los requisitos de la Taxonomía Europea y analizar sus datos de sostenibilidad corporativa con facilidad, la herramienta de gestión de datos ESG de APLANET puede ayudarte. ¡Contacta con nosotros o reserva una demo gratuita en nuestro sitio web!
Suscríbete a nuestro hub de recursos para estar al tanto de las últimas tendencias del sector
La Ley Ómnibus es un hito en la legislación europea que integra tres pilares normativos:…
La digitalización ha transformado los informes empresariales, especialmente con la adopción de la Taxonomía XBRL…
Acerca de este ATALK En este episodio de ATALKS, exploramos cómo la innovación, el propósito…
Al finalizar la #APLANETReportingSeason, es crucial que los ejecutivos evalúen su preparación para la Directiva…
En la era digital, la inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que las…
En el panorama empresarial actual, la sostenibilidad ya no es solo una palabra de moda,…